El funcionamiento eficiente de los motores diésel industriales y agrícolas depende en gran medida de las condiciones ambientales.

Durante los meses fríos, las bajas temperaturas pueden afectar negativamente al rendimiento, provocar fallos en el arranque y generar daños mecánicos costosos si no se toman las precauciones adecuadas.

Efectos del frío en el motor diésel

El frío altera las propiedades físicas del combustible, los lubricantes y los componentes internos del motor. En concreto:

  • Espesamiento del gasóleo: al descender la temperatura, los compuestos parafínicos del diésel cristalizan y obstruyen el filtro de combustible, impidiendo un flujo adecuado hacia los inyectores.

  • Aumento de la viscosidad del aceite: el lubricante pierde fluidez, dificultando la correcta lubricación durante el arranque y acelerando el desgaste de las piezas móviles.

  • Disminución de la capacidad de la batería: las bajas temperaturas reducen la eficiencia de las baterías hasta en un 40%, afectando al sistema de arranque y a los calentadores.

Riesgo de congelación del refrigerante: un anticongelante en mal estado o con una mezcla inadecuada puede expandirse al congelarse y causar grietas en el bloque motor o la culata.

Daños más frecuentes causados por el frío

  1. Obstrucción del sistema de combustible, con pérdida de presión e interrupciones en la inyección.

  2. Fallo prematuro de la bomba e inyectores, por falta de lubricación o paso irregular del diésel.

  3. Desgaste excesivo del motor, debido al retardo en la lubricación inicial.

  4. Daños estructurales por congelación del refrigerante, especialmente en motores sin mantenimiento preventivo.

Corrosión interna, ocasionada por la condensación de agua en el sistema de combustible o el cárter.

Recomendaciones para prevenir averías en invierno

  • Utilizar gasóleo de invierno o aditivos anticongelantes para evitar la formación de cristales de parafina.

  • Sustituir el filtro de combustible antes del inicio de la temporada fría.

  • Comprobar la densidad y nivel del anticongelante, asegurando protección al menos hasta -25 °C.

  • Usar aceites de baja viscosidad (por ejemplo, 5W-40), que permiten una lubricación más rápida en el arranque.

  • Verificar el estado y carga de la batería, así como la funcionalidad de los calentadores o bujías incandescentes.

  • Arrancar el motor correctamente, dejando actuar los calentadores el tiempo necesario antes de accionar el arranque.

Proteger la maquinaria bajo techo o en espacios templados, reduciendo la exposición directa a bajas temperaturas.

Conclusión

El frío representa un desafío importante para los motores diésel de uso industrial y agrícola. La combinación de gasóleo espeso, aceite viscoso y baterías debilitadas puede provocar fallos graves si no se adoptan medidas preventivas. Un mantenimiento planificado y la elección adecuada de combustibles, lubricantes y anticongelantes garantizan una operación segura, eficiente y duradera durante todo el invierno.