El motor de arranque va conectado al cigüeñal acoplado a una corona dentada reductora. A su vez, esta corona integra el volante de inercia del motor térmico. De esta manera, cuando giremos la llave del contacto, se activará el motor de arranque con la energía procedente de la batería.
La corriente eléctrica generará así un efecto palanca sobre el piñón de arrastre, lo que permitirá su acoplamiento al volante de inercia del bloque propulsor.
Por último, cuando la llave vuelva a la posición de reposo, el contactor actuará de igual modo y el circuito volverá a permanecer abierto.
Actualmente, los motores de arranque son motorreductores, es decir, sistemas más pequeños, rápidos y ligeros. El componente procura maximizar el ahorro de energía procedente de la batería, así como el consumo de energía eléctrica.