Limpiar una máquina por fuera es algo muy habitual, sobre todo si nos gusta cuidar nuestro equipo y mantenerlo en buen estado. Sin embargo, esa limpieza suele limitarse a las partes externas, sin entrar en las ‘entrañas’ de la maquinaria y mucho menos en el motor.
La acumulación de suciedad en el motor es inevitable, sin embargo, no es una parte sencilla de limpiar. Si no se siguen una serie de recomendaciones, podemos correr el riesgo de dañarlo o provocar averías. Tampoco es necesario limpiarlo con la misma frecuencia con la que se limpian el resto de partes externas de una máquina, aunque sí podemos hacer limpiezas periódicas para mantenerlo en buen estado.